Un insólito tablero de la ouija fue la primera pista importante para dar con el motivo de la misteriosa maldición que causó terror a 600 niñas de Girlstown.
Lo sucedido a las niñas mexicanas de Girlstown tiene todos los elementos de una historia de terror: Experiencias de maltrato y abandono, monjas severas, una escuela aislada del mundo, un tablero de la ouija, apariciones fantasmagóricas y cientos de estudiantes enfermas después de un maleficio.
La noticia se esparció en marzo de 2007. Las autoridades mexicanas fueron convocadas con máxima urgencia para frenar el brote de una enfermedad extraña en un insólito internado católico a las afueras de Ciudad de México. Las chicas afectadas tenían entre 12 y 17 años.
Las niñas tenían las piernas paralizadas o les costaba caminar. Algunas también tenían fiebre y náuseas. Al cabo de unos meses, 600 de las 3.600 alumnas habían sufrido algún tipo de malestar y al menos 300 fueron enviadas de regreso a sus hogares. Algo aterrador se podía sentir en el ambiente.
Los expertos no encontraron respuestas después de analizar el agua, el aire, el suelo y la comida del internado. También examinaron a cada una de las niñas y les tomaron muestras de sangre y heces para descartar enfermedades bacterianas, parasitarias o virales, pero no encontraron nada.
Cuando el equipo médico eliminó la posibilidad de que el problema tuviera un origen físico comenzó la exploración de su psique. La psiquiatra Nashyiela Loa Zavala fue la encargada de trasladarse a las instalaciones de la congregación de las Hermanas de María en El Chalco, en el sur de México, para conversar con las niñas.
Luego de realizar muchas entrevistas a las angustiadas pacientes, la psiquiatra encontró una pista sumamente importante. Una de las estudiantes se topó con un artículo sobre la ouija en una revista durante una visita organizada por una universidad muy reconocida de México.
Una bruja entre las niñas
Con esa información en la mano, una de las alumnas llamada María creó un tablero y animó a un grupo de niñas a invocar a seres del más allá cuando las monjas dormían. Para burlar la celosa vigilancia de las religiosas, María encabezaba expediciones hasta una terraza de los dormitorios.
Los relatos aseguran que María era una líder natural, que animaba a otras niñas a salir en hurtadillas por la ventana del sexto piso de su torre hacia el lugar de reunión para evitar la detección de las monjas. Fue descrita como una joven hermosa que había heredado los poderes ocultos de su madre, un antigua bruja.
Jovita, una de las testigos, dijo que comenzó percibir sonidos extraños y a tener visiones inexplicables cuando María y sus amigas iniciaron sus juegos con la ouija. Los rumores sobre el juego mágico se intensificaron y las rutinas nocturnas de terror continuaron hasta el campeonato de baloncesto de Girlstown.
Se dice que María hizo una conexión con el otro mundo para pedir el triunfo del equipo de su amiga Liz en el torneo, y para sorpresa de todos, ganó. Desde eso aterradores apariciones fantasmales se hicieron frecuentes entre las niñas de Girlstown, convirtiéndose en una verdadera historia de terror.
La maldición de Girlstown
Esto llegó los oídos de la Madre Superiora Cheong, quien tomó medidas extremas y expulsó a María del instituto. La expulsión de María concluyó con un incidente inexplicable el día de su partida. Pues un fuerte viento sopló justo en el momento en que María tenía la mano sobre el marco de la puerta y al cerrarse le cercenó la punta de un dedo.
El chorro de sangre que manaba del dedo de María dejó un reguero por el pasillo que nunca volvería a pisar. Al salir, la joven expulsada habría dicho estas palabras: “Todas las de mi generación que me acusaron o pensaron mal de mí se enfermarán. Se enfermarán de las piernas. No podrán caminar. Estarán malditas”.
Ni Loa Zavala ni ningún otro funcionario de salud ha podido dar con el paradero de María, quien desapareció sin dejar huella. Luego de que comenzó el brote de parálisis, a las estudiantes les costaba diferenciar la realidad de las aterradoras pesadillas y las alucinaciones.
El informe final del caso determinó que el episodio de parálisis colectiva ocurrido en Girlstown en 2006 y 2007 fue un “desorden psicogénico del movimiento debido a un desorden de conversión”. Es decir, las niñas sufrieron un caso de histeria colectiva. Sin embargo, muchos creen que se trató de una verdadera maldición.
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