El daño ambiental lo ocasionó proyecto turístico-inmobiliario, zona afectada forma parte del Parque Nacional Arrecife; culpa a Semarnat.
Al comprobarse violaciones al derecho humano a un medio ambiente sano de los portomorelenses, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación luego de encontrar irregularidades en los permisos ambientales de un proyecto turístico-inmobiliario que se construyó sobre un humedal costero.
El organismo comprobó inconsistencias en una evaluación de impacto ambiental que emitió la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en 1999.
La recomendación 142/2022 fue resultado de una investigación que se inició por una denuncia ciudadana sobre afectaciones ambientales por obras de relleno y deforestación en una zona de manglar colindante a un hotel de la línea de costa.
La zona donde se autorizó el desarrollo turístico está catalogada de importancia ecológica al formar parte del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, que alberga especies protegidas y con un aprovechamiento, conservación y restauración regulados por la Norma Oficial Mexicana NOM-022-SEMARNAT-2003.
De una visita de inspección se pudo acreditar que se rellenaron zonas de vegetación, especialmente de manglar, sin que hubiera certeza de tener los permisos y autorizaciones de evaluación de impacto ambiental, cambio de uso de suelo y licencia de construcción.
A través de una denuncia se relató que por la madrugada hubo camiones con material que ingresaron a la zona de construcción, y a pesar de que se hizo del conocimiento de las autoridades municipales siempre fueron omisas.
El personal de la CNDH pudo acreditar también que se incumplieron los procesos de inspección y vigilancia, además de los regímenes de áreas naturales protegidas y ordenamiento territorial que corresponde a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
A la titular de la Semarnat, María Alicia Albores González, se le impuso un plazo de tres meses para instrumentar una estrategia de ordenamiento, coordinada, congruente y compatible, en el manejo y protección en las áreas núcleo y de amortiguamiento de las zonas marinas y terrestres del Parque Nacional Arrecife Puerto Morelos, del sitio RAMSAR y las zonas afectadas.
Igualmente, se le instruyó a elaborar un diagnóstico sobre las situaciones aplicables a la autorización de impacto ambiental realizada en septiembre de 1999, en el que se realicen las modificaciones necesarias para la protección de los humedales costeros en el área afectada.
Además, deberá publicar en Internet la autorización de impacto ambiental original con sus respectivas modificaciones, elaborar un diagnóstico de otros permisos similares en la zona terrestre del Parque Nacional, y emitir una circular a los responsables de los procedimientos de evaluación para atender las solicitudes de modificación de las autorizaciones.
A la titular de la Profepa, Blanca Alicia Mendoza Vera, se le recomendó verificar el cumplimiento de los términos y condiciones ambientales autorizados sobre el desarrollo impugnado y adoptar las medidas correctivas.
Igualmente deberá iniciar una verificación de obras o actividades en zonas terrestres y marinas del Parque y del sitio RAMSAR, para comprobar un cumplimiento estricto de las disposiciones legales vigentes.
Y al municipio de Puerto Morelos dio un plazo de seis meses para que sus integrantes adopten las medidas pertinentes en la actualización de la zonificación y modalidades de protección ambiental de los humedales costeros.
Esas mismas autoridades deberán iniciar también un programa de verificación de la legalidad de los asentamientos, obras y actividades en los manglares, humedales y áreas costeras en la poligonal del Parque y el sitio RAMSAR.
Adicionalmente deberá transparentar las evaluaciones, licencias, permisos, inspecciones y verificaciones urbanísticas autorizadas en manglares, humedales y áreas costeras.
El desarrollo turístico-inmobiliario que originó la recomendación forma parte del crecimiento turístico que se ha permitido en territorio municipal desde hace 24 años, que se suma 51 hoteles con 5 mil 274 habitaciones construidas.
Para la CNDH, se ha ocasionado un sistema ambiental fragmentado y deteriorado por la demanda de servicios ante el aumento de la población residente y flotante, con lo cual la situación actual impacta de manera negativa en la porción terrestre y marina, lo cual pone en riesgo la salud del Parque Nacional.
De acuerdo con la Comisión, la destrucción del manglar permitió el aumento de sedimentos y contaminantes que al no ser detenidos ni filtrados por la vegetación, lo que ha llegado directamente a la barrera arrecifal y ha modificado la calidad del hábitat.
Pero igualmente ha puesto en una situación de riesgo a las especies animales y vegetales que dependen del mismo ecosistema.
La región enfrenta graves amenazas por el desmonte del humedal, el cambio climático global y la contaminación generada por las personas cuyos efectos inciden en la naturaleza, lo que ha provocado una disminución drástica de coral vivo y la proliferación de macroalgas, además de poner en peligro de erosión a la costa.
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