La inflación en México registró en julio un nuevo repunte que llevó la tasa anualizada a 8,15%, el mayor registro en más de dos décadas, impulsada por los incrementos de precios de algunos alimentos lo que ha forzado a muchos en el país a cambiar sus hábitos alimenticios.
Es el caso de Carla Valadez, una ama de casa de 48 años, quien afirmó que ante el aumento de los precios de la carne decidió reemplazarla por vegetales.
“Nos vamos a volver vegetarianos por necesidad”, afirmó Valadez en medio de un pasillo de un mercado del centro de la capital mexicana, tras reconocer que decidió cambiar los ingredientes que utiliza para hacer la tinga, un platillo típico mexicano elaborado con carne deshebrada, y reemplazó la proteína por la zanahoria.
“Ya mi hijo me pedió que le haga tinga de zanahoria”, dijo entre risas la ama de casas, y agregó que aunque las verduras y las frutas también han subido de precio, “prefiero eso porque es más sano”.
“Lo que me da el gobierno ya no me alcanza”, afirmó, por su parte, Juana Pardo, una pensionada de 78 años, al asegurar que el monto equivalente a unos 165 dólares que recibe de pensión cada dos meses ya no le rinden ante la aceleración de la inflación.
Mientras sostenía una bolsa con unos nopales Pardo comentó que debió sacar de su dieta diaria el pollo y los huevos y reemplazarlos por más verduras y frijoles. “No queda de otra sino alcanza”, agregó.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) anunció el martes que el Índice Nacional de Precios al Consumidor fue de 0,74% en julio en comparación con el mes anterior. En junio, la inflación anualizada había sido de 7,99%. Esto llevó a que la tasa anualizada sea la mayor desde diciembre de 2000.
De acuerdo al reporte del INEGI la aceleración de la inflación en julio se debió en parte a los aumentos de precios en particular en alimentos básicos como el tomate verde, la cebolla, la papa, los huevos, la carne de cerdo y la naranja. En los últimos 12 meses los alimentos y bebidas no alcohólicas han acumulado un alza de 14.,5%.
La directora de análisis económico del grupo financiero local Banco Base, Gabriela Siller, dijo a The Associated Press que los precios de los alimentos han continuado al alza debido a las presiones generadas por la guerra entre Rusia y Ucrania y las interrupciones en las cadenas de suministros.
Los incrementos en los alimentos y servicios básicos como el gas y la electricidad han golpeado con mayor intensidad a los mayoritarios sectores pobres de México, con ingresos menores a los 165 dólares al mes, señaló un reporte del Instituto Mexicano para la Competitividad.
La inflación subyacente -que determina la trayectoria de los precios en el mediano y largo plazo- mantuvo en julio el ritmo de crecimiento y alcanzó una tasa anualizada de 7,65%, con lo que se acumularon 20 meses continuos de aumentos.
Ante ese contexto, los analistas prevén que el resto del año la inflación seguirá acelerándose y podría cerrarse 2022 con una tasa por encima del 8,7%.
Para hacer frente a la aceleración de los precios el Banco de México aprobó a fines de junio un alza histórica de la tasa de interés interbancaria de 75 puntos básicos y la llevó a 7,75%. Siller indicó que es muy probable que el organismo monetario vuelva a elevar esta semana la tasa de interés en 75 puntos base para ubicarla en 8,5%.
Por su parte, presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó hace unas semanas que reforzaría su plan antinflacionario y que se revisaría la situación de algunos alimentos como la papa y la cebolla, que no están dentro de la canasta básica.
El gobierno propuso en mayo un plan que contempla un acuerdo entre el gobierno y el sector privado para no incrementar los precios de 24 productos de la canasta básica durante seis meses.
Asimismo, se suspendió por un año el cobro de aranceles de importación a 21 alimentos de la canasta básica y seis insumos para panadería, hortalizas, frutas y animales vivos, y se orientó el plan estatal Sembrando Vida -que otorga ayudas económicas a los agricultores para la siembra de árboles frutales- hacia la producción de maíz, arroz y trigo para mejorar el autoabastecimiento.
López Obrador descartó en julio cambios en la política de subsidios a los combustibles e incrementos en las tarifas del servicio eléctrico.
El mandatario ha reconocido que la aceleración de la inflación que enfrenta la segunda mayor economía de Latinoamérica es consecuencia en parte del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania -que ha generado aumentos en los fletes y los precios de los fertilizantes- y a una producción local de alimentos insuficiente.
Las medidas acordadas por el gobierno no han generado mayores expectativas entre los analistas, que estiman que su impacto será muy reducido debido a las fuertes presiones inflacionarias generadas por el conflicto bélico.
México enfrenta las presiones inflacionarias en medio de un débil desempeño de su economía que creció en el segundo trimestre del año 1% en comparación con el trimestre previo.
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