mayo 20, 2024

RIVIERA MAYA: LO QUE HAY QUE VER SI VAS DE VACACIONES AL CARIBE MEXICANO

Días de cenotes, zambullidas entre tortugas, pueblos mayas, ciudades coloniales y la exclusiva isla de Holbox en una zona de la Riviera Maya menos conocida

Los doscientos kilómetros que se extienden a lo largo de la costa de la Riviera Maya no solo son un acicate para disfrutar del sol y de sus playas paradisíacas. También representan un trampolín para descubrir otro Caribe mexicano menos conocido y también muy exclusivo.

Nadar con tortugas en la bahía de Akumal

Mar y selva se fusionan en esta esquina mexicana de la península de Yucatán con una variada fauna autóctona. En Quintana Roo se pueden ver cuatro de las siete tortugas marinas que existen en el mundo. La tortuga blanca, la tortuga laúd, la tortuga caguama y la tortuga verde. Esta última, muy popular por ser la protagonista de ‘Buscando a Nemo’, es la más común, sobre todo, en la bahía de Akumal porque en sus aguas poco profundas y cristalinas encuentra abundante pasto marino para alimentarse. Esta presencia de los animales permite que algunas empresas organicen experiencias en las que se puede nadar a su lado y practicar esnórquel, siempre que sea de 9.00 a 17.00 horas y se mantenga una distancia de seguridad de unos tres metros para impedir que el reptil sufra estrés y prefiera huir a otros lugares menos concurridos. En esta área se prohíbe el buceo y no se puede tocar a estos reptiles que llegan hasta Akumal para poner sus huevos de mayo a septiembre. En los nidos se observan más hembras que machos por las altas temperaturas del lugar.

La huella de Bob Marley

En Puerto Morelos, una antigua aldea de pescadores, Rohan Marley, hijo del legendario músico Bob Marley, ha creado un espacio original que mezcla una atmósfera jamaiquina con un exclusivo club de playa. Lo encontrarás en el Hotel The Fives Oceanfront, a unos 20 minutos del aeropuerto de Cancún, y su interior está decorado con dibujos, pinturas y murales del cantante jamaicano, donde se puede escuchar siempre música reggae. La idea es utilizar esta ‘beach house’ para conectar la naturaleza con los sabores más frescos de la zona. «Todos nuestros productos -comenta Gerardo, director del hotel- tienen que ser locales, no utilizamos productos congelados y preferimos usar un molinillo manual antes que una licuadora». Por otro lado, en Puerto Morelos se recomienda ver la llegada diaria de los barcos de pesca entre las 12.00 y las 15.00 h y visitar algunas de sus tiendas tradicionales, como ‘Mi Pueblo, Casa Hokum’, para adquirir piezas artesanales magníficas y descubrir con los artesanos cómo cocinaban sus ancestros mayas.

Entre estalactitas, estalagmitas y raíces de los árboles

Se calcula que hay en Yucatán unos 6.500 cenotes, aunque es imposible saber su cifra exacta. Algunos cenotes están por descubrir y otros desaparecen en una red de ríos subterráneos que se prolongan en un sistema principal de 259 kilómetros, el más largo del mundo, y en otro más reducido que, según los expertos, acabará uniéndose al mayor. Algunos cenotes son más turísticos, como Río Secreto, donde los visitantes se protegen con un traje de neopreno, pero otros están más escondidos y permiten también maravillarse con las estalactitas, las estalagmitas y las raíces de los árboles (según los mayas, los nueve dioses del inframundo) que atraviesan la roca caliza para alcanzar el agua dulce que les alimenta en una fascinante ruta a nado y a pie sorteando las caprichosas formaciones calcáreas. Es el caso, por ejemplo, de los cenotes Imix (Vientre Materno) y Xibalba (Inframundo) en el Parque Xtun, muy cerca de las obras del tren maya que atraviesa esta frágil selva. En dos años esta previsto que concluya esta obra muy controvertida por su impacto ambiental.

Pistas

  • Cómo llegar: Soltour (www.soltour.es) organiza viajes a la Riviera Maya (México) durante todo el año pasando siete noches desde 900-1.200 euros en hoteles de cuatro y cinco estrellas (todo incluido menos excursiones) con vuelo desde Madrid.

  • Dónde dormir: Bahía Príncipe Grand Tulum 5* (www.bahia-principe.com/es) y Hotel The Fives Oceanfront (www.thefiveshotels.com/es/oceanfront)

  • Más información: https://rivieramaya.mx/

La reserva marina de Sian Ka’an

Una de las experiencias más exclusivas de la península de Yucatán se desarrolla en Sian Ka’an (Principio de Cielo), el área protegida más grande del Caribe mexicano, inscrito en la lista de la Unesco desde 1987. Por un momento el turista parece un explorador dispuesto a descubrir con la ayuda de un guía local los misterios de la flora y la fauna marina y terrestre de este punto maya con más de 4.100 especies, todo un santuario habitado por tapires, jaguares, ocelotes, cocodrilos y monos araña y aullador. A continuación se recorren las cristalinas aguas de la laguna Muyil y Chunyaxche para terminar en la zona de arrecifes marinos, donde es posible contemplar águilas pescadoras, delfines y tortugas junto a los barcos. Después queda tiempo para nadar en una piscina de aguas cristalinas haciendo siempre pie en una hermosa bahía que suele permanecer a salvo del sargazo, siempre amenazante en la Riviera Maya. El pueblecito más cercano es Punta Allen, de 400 habitantes, donde la electricidad funciona de manera limitada por el uso de paneles solares, y no hay cobertura para los teléfonos.

Valladolid colonial

Para descubrir una hermosa ciudad colonial desde la Riviera Maya, Mérida queda un poco lejos porque se necesitan tres horas y media o cuatro de coche desde Cancún o Tulum. La opción más recomendable es acercarse a Valladolid, uno de los 132 pueblos mágicos de México, que requiere la mitad de tiempo. La ciudad fue fundada en 1543 por el salmantino Francisco de Montejo y destaca por el color pastel de sus casas, su mercado repleto de olores y sabores donde comprobarás la baja estatura de sus habitantes y sus rasgos más asiáticos. Todo muy cerca de su antigua Plaza de Armas, presidida por la Iglesia de San Servacio y por la fuente de La Mestiza. Este es un lugar muy querido por los vallisoletanos con sus bancos dobles, los ‘tú y yo’ donde las parejas apenas pueden tocarse las manos pero sí degustar los sabrosos helados de la ciudad o sus populares marquesitas, y prepararse para los bailes populares nocturnos, muy cerca del Palacio Municipal que guarda en su piso superior cuatro murales del siglo XX. Estas pinturas narran la historia de esta ciudad, considerada ‘heroica’ en 1847 porque fue en este lugar donde los indígenas se levantaron contra los criollos y mestizos de Yucatán en la Guerra de Castas, lo que provocó casi 250.000 muertes.

Un auténtico pueblo maya

Para quien quiera acercarse a la civilización maya, lo habitual en la Riviera Maya es visitar los yacimientos de Tulum o Chichén Itzá, pero también es posible descubrir pequeños pueblos donde todavía se habla el maya junto al español y se mantienen algunos modos de vida de esta antigua civilización. Es el caso de Dos Palmas, una comunidad de cincuenta habitantes poblada en su mayoría por mujeres y niños que viven sin electricidad. Las casas mantienen una tradicional forma ovalada sin esquinas y están levantadas con troncos de palma que dejan espacios abiertos para impedir la presencia de hongos y para protegerse mejor de los huracanes. Durante la visita también puedes comprobar cómo elaboran las clásicas tortillas al fuego tras utilizar instrumentos como el molcajete y el metate que permiten triturar el chile, los frijoles, las cebollas o el maíz, y entender cómo una familia completa puede dormir en una hamaca colgante. Por último se asiste a un temazcal, una ceremonia de la época precolombina dirigida por un chamal que se realiza en una ‘casa de calor’ donde se calientan piedras volcánicas sobre las cuales se vierte una infusión fría de hierbas medicinales en total oscuridad. La temperatura en el interior puede alcanzar los 50 grados lo que permite que el sudor limpie el cuerpo de toxinas y se obtengan beneficios para el sistema respiratorio. Tras una media hora en el interior los participantes pueden aliviarse con otro baño en las aguas frías del Cenote Dos Palmas.

Holbox, de nido de piratas a isla exclusiva sin coches

A esta isla de 42 kilómetros de largo solo se puede llegar en barco y en su interior está prohibido el uso del coche, por lo que son los carritos de golf los que se mueven como taxis entre una red de callecitas sin pavimento adornadas con llamativos murales pintados. Holbox, un antiguo nido de piratas, alcanzó gran fama por ser un auténtico santuario de flamencos, pelícanos y otros pájaros y aves exóticas que son muy visibles en la pequeña Isla Pasión o en Punta Mosquito, ubicada esta última en la reserva natural Yum Balam, con sus contrastes entre el agua turquesa y una arena blanca que invitan al baño y a la relajación.