El crimen en Matamoros no cambió la tendencia: ayer subió la Bolsa, el dólar sigue abajo de 18 pesos y el ‘nearshoring’ huele a más superpeso.
La muerte de estadounidenses en Matamoros es una tragedia que duele a todo aquél que no esté desequilibrado. Provoca vergüenza mostrar en lo que nos hemos convertido en algunas esquinas nacionales. En este país matan a diario. Casi siempre. Eso es una muestra de que, hasta ahora, ningún presidente ha sido capaz de poner orden.
Si del otro lado de la frontera asesinan igual, resulta doloroso, pero la solución nos es muy ajena y ya tenemos muchas ocupaciones locales con nuestras propias miserias.
Ahora, todo lo anterior, no detiene la marcha de la economía. La indolencia de inversionistas ante la pena nacional o continental, muestra que al final para nosotros, los que conformamos el mercado mundial que compra de todo, lo importante es que cuando vayamos a la tienda, esté lleno el anaquel.
El crimen no cambió la tendencia. Ayer subió la Bolsa, el dólar sigue abajo de los 18 y el nearshoring huele a más superpeso con tanto extranjero que llega al país a pagar en moneda nacional a las cosas que necesita para llenar una fábrica.
En este espacio abordé lo de parques industriales llenos en Juárez, Chihuahua; la llegada de industriales chinos a Salinas Victoria, Nuevo León, y el estallido global que provocó el anuncio de Tesla en Santa Catarina. Vaya, hasta Yucatán ya aparece tercero como destino de relocalización de fábricas que estaban en Asia, apenas detrás de los regios y de Coahuila. Vayan a Google y busquen el caso de Woodgenix en Kanasín, solo como un ejemplo.
Por eso resulta absurdo pensar en lo que ayer un senador mexicano, nacional, declaraba a una reportera de radio, diciendo que comprendería y apoyaría la entrada de las fuerzas estadounidenses a México ante el descontrol de la seguridad del país. Eso –aunque trató de matizar el sujeto que cobra como egislador–sería una ocupación, poco menos que una invasión. No es menester registrar aquí el nombre del personaje. Hay cosas más importantes.
Más allá de opiniones nacionalistas, ninguno de los intérpretes de esas peroratas presenta un plan para evitar que con la hipotética llegada de un tercero en discordia, este país en folclórico desmadre caiga en la anarquía. Y en la anarquía, la nada. Estados Unidos tendría un Afganistán en donde quería tener fábricas. El riesgo de tener estados mexicanos cayendo en calidad de pasillo para la inmigración de todos. De todos. Asiáticos, africanos, ucranianos, venezolanos, salvadoreños, llenando las calles de San Diego o de McAllen y de ahí… hasta Canadá.
Lean esto esos que, también viviendo de este lado, aspiran a ceder el control: “México recuperó terreno en el comercio con Estados Unidos en enero de 2023 y logró posicionarse como su primer socio comercial, desplazando a China, quien había ocupado ese puesto durante dos años consecutivos en este mes, de acuerdo con las cifras de la Oficina de Estadísticas de EU”, reza la nota de ayer de Jassiel Valderamar, en El Financiero.
“Las estadísticas del Buró de Censos revelaron que el comercio total entre Estados Unidos y México registró una cifra histórica en el primer mes de 2023, por un monto de 63 mil 936 millones de dólares y superando en 12.3 por ciento las cifras de enero de 2022. Canadá siguió en el segundo puesto con 61 mil 847 millones de dólares y China con 51 mil 346 millones de dólares en el tercer puesto. México no ocupaba el primer puesto del comercio con Estados Unidos en un mes de enero desde 2020″.
¿Qué incentivo real tienen los vecinos para echarse encima la carga de gobernar un país con una geografía tan complicada como éste? ¿Qué les diría el presidente Joe Biden a los banqueros e inversionistas que tienen dinero y créditos puestos en el país? ¿O cómo saca a todos los inmigrantes estadounidenses que siguen llegando a México para evitar los altos costos de vida en California? ¿Qué explicación ofrecería a 30 millones de habitantes con raíces mexicanas, que votan cada dos años?
Seguramente, los principales grupos financieros mundiales, que son quienes más compran pesos en estos días, están esperando que su inversión en esta moneda se desplome. ¿Una intervención? Por favor…
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