En julio de 1959, el hombre detrás del imperio de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo, adquirió al América con la misión de construir un equipo no sólo exitoso, sino que fuera amado por los suyos y odiado por los aficionados rivales. Ese antagonismo, más el estigma de ser favorecido por el arbitraje, explica en gran medida la llama del america-nismo. Para aquellos que lo padecen, las sospechas ensucian su historia ganadora. Si un árbitro se deja comprar, lo hace para toda la vida, declaraba en 2015 el ex silbante Joaquín Urrea, señalado por favorecer a las Águilas en la final contra Pumas en 1985. Yo asu-mo mi responsabilidad. Marqué lo que vi y, al otro día, me di cuen-ta que no sancioné una mano.
Como en el futbol la polémica se renueva cada torneo, el equipo que nació en 1916 en el número 136 de la calle José Antonio Alzate, en la colonia Santa María la Ribera, celebró el domingo otro título en la Liga Mx ante Cruz Azul, en un nuevo capítulo marcado por la controversia. Esta vez el silbante Marco Antonio Ortiz señaló una falta del mediocampista Rodolfo Rotondi sobre Israel Reyes. Con apoyo de sus asistentes, Ortiz revisó la jugada en el VAR y mantu-vo su decisión pese a los diferentes criterios en la comunicación, como revelaron los audios difundidos por la Comisión de Árbitros.
No veo falta, a mí no me parece penal, sostuvo en su revisión el colegiado del VAR, Christian Espinosa, al considerar que el lateral americanista arrastró el pie derecho para propiciar el contacto. Entre una y otra interpretación, el juez central finalmente señaló que cuando (Reyes) va a dar el paso, (Rotondi) se lo lleva con el pecho, por lo que existe una falta imprudente, la cual derivó en el gol de Henry Martín desde el manchón de penal. No todos sus colegas estuvieron de acuerdo. El que busca el contacto con Rotondi es el jugador del América. No hay una falta que pueda considerarse como penal, explica el ex árbitro Felipe Ramos Rizo.
Para contrarrestar el peso del bicampeón, miles de personas volvieron a ser militantes de un americanismo alternativo, frontal y contestatario: el antiAmérica. Por medio de diferentes archivos en video, intentaron probar la relación del club con los árbitros y su favoritismo en las finales. “Este fenómeno del famoso ‘Ódiame más’ confirma el modelo de entretenimiento por el que El Tigre Azcárraga tomó este equipo”, explica el doctor Hugo Sánchez Gudiño, profesor e investigador en la UNAM. “Es su razón de ser. En los años 90, lo hizo célebre cuando hablaba del éxito de su telenovela Los ricos también lloran y le preguntaron cuál era su secreto: ‘Darle un entretenimiento a los jodidos’, dijo. Eso genera el apasionamiento colectivo”.
En el América no existe un término medio. Es amado por sus seguidores y odiado por los equipos rivales. Pero si algo potenció esa identidad en el futbol moderno, fue una de sus campañas publicitarias más conocidas, la que creó en el imaginario popular la sentencia de Ódiame más, eslogan que ha perdurado con el paso del tiempo. “Dado que el dueño de este club es uno de los jefes de la industria del futbol (Emilio Azcárraga Jean, hijo de El Tigre), mueve también par-te de las piezas de la mesa del ajedrez para favorecer a su equipo, entre ellos el arbitraje”, agrega el maes-tro en periodismo y comunicación.
Los árbitros son uno de los personajes que fueron adquiriendo una importancia destacada en la cancha. Eran una figura menor, pero la propia industria le fue dando una mayor relevancia. Más que villanos, son una pieza en el ajedrez que favorece siempre a los dueños. En el caso del América, se trata de un modelo que le da pan y circo a las masas, el opio del pueblo. Los señalamientos tienen que ver más con la visión del fan, porque vive como una religión la mirada sobre su equipo.
Mientras algunos lo consideran el más ganador (15 títulos en la Liga), otro prefieren verlo como el más beneficiado por decisiones arbitrales. De nada sirve la instrucción de revisar las jugadas en el monitor si no abre el entendimiento a los árbitros de su error, expone el ex silbante mundialista Marco Antonio Rodríguez, al coincidir con otros de sus colegas en la falla que propició el campeonato de las Águilas en el Azteca. De alguna manera, las contradicciones también forman parte de la identidad americanista.
Nuestro diseño no es ganar juegos, sino ganar títulos y es a lo que aspiramos. Esa polémica (sobre el penal ante Cruz Azul) es más que nada para buscar un pretexto, porque un equipo u otro pierde, señala al respecto Emilio Azcárraga Jean, propietario del club americanista. En el América hay que buscar los resultados, eso es lo que siempre se ha hecho. Tenemos que ganar las finales que se nos pongan enfrente. Con VAR o sin él es lo mismo. Al final, el árbitro es un ser humano y está marcando lo que cree.
Más historias
Efraín Juárez, sancionado con 3 años sin acceso a los estadios
Donovan Carrillo celebra su cumpleaños ganando medalla de plata en Alemania
Rafa Nadal advierte que jugará la Copa Davis solo si se siente listo